¿Cómo influyen las infraestructuras en los accidentes de tráfico?

No sólo y no siempre la persona que conduce un vehículo es la responsable del accidente, la carretera también está en la causa que lo produce y no es objeto de la misma atención investigadora.
Cuando merced a tus incumplimientos de las normas se acredita que eres un pésimo conductor y te retraen puntos, una de las opciones es recuperar una parte, a cuyo fin te dan una formación en la que explican entre otros elementos los factores principales que actúan en los accidentes. Es conocido, por sobreutilizado, que el factor humano es la principal causa de los accidentes, pero con varios miles de muertos anualmente, no hay que despreciar el resto de elementos. Entre otras cosas podrás ver en la formación de recuperación por puntos editada por la DGT, la siguiente imagen:
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En esta imagen el factor vía y entorno, tiene una incidencia entre el 10 y el 35% de los accidentes. Decenas o centenares de personas fallecen o quedan heridas porque la carretera y sus aledaños SON INSEGUROS, o no cumplen con las normativas existentes. A estos efectos, hemos de recordar que la titularidad de las vías de comunicación corresponde a muy diversas Administraciones Públicas, tales como Entes Locales, Provincias, Islas, Comunidades Autónomas, Estado, y algunos otros como pueden ser los Puertos. Dispersión que, según los casos, produce seria deficiencias en la conservación y mantenimiento de las carreteras que, a su vez, son causa potencial de accidentes.

Estamos en un año difícil en el que la COVID ha tapado el resto de elementos que existan en el mundo, al tiempo que sirve de disculpa para la desatención de las infraestructuras. Esto no impide que nos jactemos en titulares de falsas victorias, tales como:

2019 acaba con 1.098 muertos en las carreteras, la cifra más baja de la historia

Titular que centra la atención en el número de víctimas, pero que deja de lado el número de accidentes. Es decir, si el número de accidentes no disminuye la potencialidad de siniestros se mantendrá en cifras similares, ya que no sólo hay muertos, también heridos graves o politraumatizados.

Hay una lectura que no hemos visto en los medios de comunicación, entre 109 y 384 personas fallecieron como causa del estado de la vía o su influencia en el accidente y sus consecuencias. Quizás porque imputar la causa a la vía implica que la responsabilidad es de la Administración titular, en lo que a indemnizaciones se refiere.

Con esta lectura, la vía recobra el triste protagonismo que tiene, puesto que mientras se destinan ingentes cantidades de dinero en la evolución y mejora de seguridad de los vehículos, se han modifican innumerables veces la normativa  de conductores (restricciones, limitaciones por puntos, velocidad…), se echa de menos un plan general de mejora de las carreteras, y no sólo poner señales, que no dejan de ser nuevos obstáculos, para los usuarios más vulnerables (motoristas, ciclistas… colisionan contra los postes de estas señales y fallecen o quedan mutilados). Ya se hizo con los tramos de concentración de accidentes y la “novedad” de 2020 es la nueva señalización específica para motoristas

Está bien advertir, pero hay que cumplir la obligación de invertir y corregir la existencia del riesgo que se advierte. Sin embargo seguimos desangrándonos por otro lado…..

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¿Dónde nos lleva esto?

A la producción de accidentes de muy diversa entidad y algunos de especial gravedad, tal como ocurrió en 2018 en Avilés, al que hace alusión el siguiente titular
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Fuente: La Voz de Avilés

La responsabilidad de este importante accidente fue atribuida, prima facie, al conductor, tal como se recogió, en su momento, en los principales medios de comunicación asturianos, produciéndose algo habitual en cuanto a la forma de calificar la causa del accidente que no es otro efecto que centrar la atención investigadora en el factor humano, sin hacer lo mismo con la vía, de ahí que este caso como en el de otros accidentes igualmente trágicos, decenas de familias se ven afectadas, y “rápidamente”, se atribuye al factor humano y la sociedad pasa página como algo “normal”.

En el caso del accidente de ALSA, tras 2 años de trabajo investigador, miembros de la Asociación Española de Investigadores de Accidentes de Tráfico (AEIAT), junto con la empresa ITRASA INVESTIGACIÓN, realizaron una investigación y reconstrucción de este accidente, desvelando una realidad cada vez más habitual que no es otra que la decisiva influencia del estado de la carretera en el siniestro, hasta el punto que la fuerza instructora, hace pocos días modificó sus conclusiones iniciales indicando, según recoge el titular periodístico, lo siguiente:

Fuente: La Nueva España

El accidente era evitable y por ende sus consecuencias si el pilar contra el que impactó el autobús hubiera estado protegido con arreglo a la normativa sectorial aplicable. En todo caso y por el momento, el cambio de criterio por parte de la Guardia Civil supone un vuelco a la “normalidad” en las causas de los accidentes de tráfico, que además son mediáticos como en este caso. Pero, ¿y ahora? 

El caso está todavía “sub judice”, pero parece evidente, que la impresión inicial NO SE CORRESPONDIA CON LA REALIDAD, y la suma de imprecisiones tanto en la investigación inicial, como en el estado de la vía, ya ha generado una doble o triple victimización en las familias de los fallecidos y en los heridos. Pocos son los que se acuerdan de las acusaciones iniciales y poco o nada se sabrá de la conclusión del caso nos saca de la “normalidad” que nos habían vendido inicialmente.

Mejorar las vías y mejorar las investigaciones, alejándonos de salidas simplistas utilizadas con frecuencia (velocidad inadecuada, distracción o impericia, son las  causas NO acreditadas, pero usadas como comodín). Todo ello sin olvidar que han de olvidarse las prisas en pretender explicar la causa de un accidente, máxime cuando es de evidente gravedad, si los periodistas tienen prisas que esperen y que se conformen con una respuesta que se limite a decir que mientras no se haga la investigación no pueden plantearse hipótesis respecto a las causas.

Desde la AEIAT, deseamos la pronta recuperación de los heridos y ofrecemos nuestro apoyo, ayuda y asesoramiento a las víctimas. Los usuarios de las vías, estamos sometidos a unos peligros, que no podemos controlar y en algunos casos a decisiones arbitrarias que determinan responsabilidades muy dudosas, por informes técnicos incompletos que, lamentablemente y en algunas ocasiones, son tenidos por verdades absolutas en la sede en la que se resuelve el asunto en último término.